El muy lamentable asesinato de un menor de 14 a manos de un agente de la Policía Nacional Bolivariana que maneja el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, debe de servir para que los países de la región muestren una postura mucho más enérgica y decidida a nivel diplomático, con el propósito de presionar a la dictadura chavista que tiene por los suelos a la vida, la democracia y la economía en un país donde no es posible ni encontrar papel higiénico ni medicinas básicas en los locales comerciales.
Ayer el Gobierno del Perú ha pedido a Unasur, a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, que acelere su visita a Caracas y realice gestiones inmediatas a favor de apaciguar los ánimos en un país donde se mete a la cárcel arbitrariamente a los opositores y se mete bala a quien sale a protestar a las calles. “Allí estará siempre Unasur brindando su fraterno apoyo a favor de la paz y bienestar de ese país hermano”, dice el comunicado.
Sin embargo, habría que ver si este cuestionado organismo logra algo, teniendo en cuenta que está dominado por mandatarios como Cristina Fernández, Evo Morales, José Mujica, Rafael Correa, entre otros, todos ellos “compañeros de ruta” del chavismo que con toda seguridad serán incapaces hasta de emitir un comunicado reclamando con energía a Maduro por los excesos que viene cometiendo contra la oposición que exige democracia.
La vida y la democracia de un país de la región no pueden ser puestas, ingenuamente, en manos de Unasur, que jamás ha sido capaz de marcar distancia con los excesos de Hugo Chávez y luego de Maduro. Hemos tenido a parlamentarios apaleados en el propio Congreso y nunca se dijo nada. Hace un año Leopoldo López está detenido y, aparte de lanzar comunicados, su efectividad ha sido mínima. ¿Se puede seguir creyendo que la solución vendrá por el lado de ese organismo tan venido a menos?
Perú, un país democrático, no puede ser cómplice de la brutalidad que se vive en Venezuela. Ayer, Maduro, con sus característicos gritos destemplados, ha pedido públicamente a los ciudadanos que salgan a las calles con sus Fuerzas Armadas para defender el régimen chavista, lo que quiere decir que en breve habrá más balas y más muertos en las calles. Hacen falta gestos más decididos y el presidente Ollanta Humala tiene la palabra, ¿o es que en el fondo sigue siendo un “buen soldado” de Chávez?
Iván Slocovich
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