martes, 24 de febrero de 2015

*¡Odría resucitó!*


Daniel Urresti confirmó ayer, muy prematuramente creo, lo ya sabido: salvo algún imponderable, será el candidato oficialista en las elecciones de 2016. Como era de esperar, negó que Favre lo esté asesorando (algo evidente), revalidó que el antiaprismo y el antifujimorismo serán su doctrina (como su gran amigo Cateriano) y cargará feliz con el activo y el pasivo del régimen. Y si yo fuera izquierdista, no celebraría: basta leerle donde Hildebrandt para adivinar que no lo es (“la economía no se porta de acuerdo a la ideología”), que le gusta el primer fujimorismo y que es un traumado del “Aprocalipsis”.
Así como se equivocaron con que Ollanta Humala sería su Velasco II, también yerran con Urresti: es un militar conservador, pero con preocupación social (y menos rojimio de corazón como Humala). Es más como un Odría, ese dictador militar populista de derecha que hizo tanta obra pública para los pobres e incluso creó la participación obrera en las utilidades (que pocos países del mundo tienen).
Curiosamente, Fujimori también admiraba al “general de la alegría” (como le coreaba el pueblo a M.A.O. –así le decían a Manuel Arturo Odría– cuando este arribaba con panetones y regalos), al que vio traer tanto progreso –como también mucha corrupción y mano muy dura– en su infancia. Urresti es el fujimorismo sin Fujimori. ¡Qué miedo!
PD: 1) Esa mula llamada Poder lanza coces, pero al aire. 2) ¡Cuánto cagón fascista (de izquierda) hay en el Twitter! 3) Aconséjenles a sus hijos que jamás destaquen. Y, para mí, aquí acaba ese capítulo para siempre: no armo dramas llorones, como los coleguitas caviares.
¡Salud, Tola y Carlín, bailad sobre mi tumba, jua,jua,jua!
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Columna de: Aldo Mariátegui
Peru21.pe

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